Cuento en construcción
Inventemos una narración a partir de esta imagen. ¿Qué palabras se te vienen a la cabeza? La etapa de contrucción para este cuento está abierta de forma indefinida.
Cuento en construcción
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Cuento Colectivo® es una marca de Inteligencia Colectiva S.A.S. Fue fundada por Jairo Echeverri García, soñador despierto y contador de historias incansable.
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6 respuestas
Hola,
Llevo un tiempo siguiendo vuestro blog pero todavía no tengo muy claro cómo participar. Os remito mi propuesta para empezar este cuento. Por favor, si no es el modo correcto ¿Podéis indicarme cómo hacerlo para seguir vuestras reglas?
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Clarisa tomaba polaroids de sus sueños.
Por las tardes, subía al cerro, se sentaba en la vieja roca negra y contemplaba los campos de trigo mecerse al ritmo de la brisa, como un océano dorado en miniatura. Y soñaba con escapar. Sacaba la cámara, guiñaba un ojo, encuadraba su sueño en el objetivo y disparaba. La cámara le devolvía su sueño negro con un ruido mecánico. Ella lo tomaba con cuidado entre el índice y el pulgar, observaba las mareas del mar de trigo y, cuando apreciaba un soplo lo suficientemente enérgico, separaba los dedos. Y su sueño volaba. Siempre antes de que la polaroid llegara positivar.
Estimado Jean Pierre,
Hemos recibido tu propuesta. Dejaremos este ejercicio abierto por un tiempo (una semana más o menos) para que otros también participen. Pero nos gustó mucho tu aporte. Saludos y gracias.
Cada sueño superaba al anterior.
Algunos eran más coloridos y otros más emotivos, pero los que más le gustaban a ella eran en los que podía volar.
Nunca era más libre que cuando sentía ese vértigo que le atacaba el estómago al sentir que se elevaba y se topaba de frente con las nubes, igual al que sentía de niña cal subirse a un columpio.
Era un día de esos grisáceos como de otoño. Era un buen día, sin ese calor pegagoso. Era un buen día para dejarse reinventar con el viento. Agarró la bici roja y se dispuso hacerle rebeldía a Eolo que la revoloteaba de frente. No dio pie atrás . Se apeó de una bolsa de globos de arcoiris- Los ató con nudos marineros a sus manos, y al cuerpo ,casi humano, de su bici. Manubrio colores morados, rosas, azules, negros, cafés. Parrillla salmones, reacomodó los rojos, y los blancos, también los verdes como las esperanza y enfiló el camino a una velocidad ciega. De apoco la bici rodaba y medio volaba. Un poco más de veloz regalo y se alzó en lo aires, los sueños, las vides y también las vidas . Desde allí…
Los niños siempre esperan a que llegue el día en que pasa por allí con su manojo de colores y de sueños. Núnca falta a la cita y cuando está por llegar la primavera parece que reuniera a todos las aves y flores del universo para que también estén presentes.
Cuando llega comienza a regalarle a cada niño un globo, todos son de colores distintos; ellos lo reciben con alegría y ansiedad porque saben que el repartidor de globos ha colocado dentro de ellos un papelito con un deseo que se les hará realidad.
– No lo abran hasta que lleguen a casa – les dice, guinándoles un ojo.
Parece que sabe la cantidad de globos que tienen que traer cada año, cuando termina con la entrega se sube en su bicicleta y se eleva; mientras mira hacía abajo y saluda a los niños sonríe, no hay flores más bellas adornando el campo que esos niños con sus globos de colores y sus sueños en la mano.
es la navidada de la primavera que se acerca , les enviaré globos , grita a voz en cuello desde la carretera azul del universo, y ahora vendrán con flores de colores, os lo prometo anuncia.