Cuento final
El tic toc delator de su corazón seguía en marcha, pero su mente estaba aislada en el lago celestial que aguardaba por él. Todos gritarán “hombre al agua”… durante un millón de años luz gritarán y él, abriendo una persiana dejará que todos vean las ondulaciones vaporosas de un té que ha sido servido sólo para tres y tenderá un puente al porvenir mientras cruza los dedos.
Sin embargo, nuestro futuro también depende de cómo entendamos el pasado. No sirven las palabras…gemir es mejor y si el lenguaje es otra piel, toquémonos más con mensajes de deseo. Seamos como cuerpos de luz, corriendo en pleno cielo. Un cielo que simula un paseo por Roma, donde el azul está azulado y se desprende una fuerza natural que quizá, sin traducción alguna, nunca se ha visto ni siquiera en casa… una voz en off con expresión.
Es allí cuando no importan los señuelos, tampoco las sensaciones ocultas y mucho menos las primaveras bajo cero, hoy lo que hemos vivido es que su corazón no es delator. El crimen predicho se ha cumplido y en la ciudad de la lluvia es necesario el sol; una bocanada de aire necesita ese corazón para apagar las estrellas y extiguir el sol.
Palabras profundas… es necesario orar para poder encontrar el verde hondo en el mar, mientras que la luz no deje de pulsar en un mundo diseñado y lineal. El universo está a tu favor y es necesario despertar. Mientras tanto, seguiremos escuchando tu lenguaje universal hasta que te llegue tu oportunidad.
Una respuesta
Excelente texto, a tono con las letras poéticas de Cerati. Además me encanto el “Farewell”, que a pesar de que es una despedida en inglés, no es se asemeja a un “Adiós” o un “Hasta nunca”, si no más al “Que te vaya bien” o “Hasta pronto”. De hecho hay todo un cuento dedicado a esa despedida en específico… “farewell”.