Cuento en construcción
Te invitamos a que sigas este punto de partida propuesto por Antonia Rangel, una de nuestras participantes. El texto surgió de la fotografía que aparece en la entrada. Este ejercicio está abierto de forma indefinida y una vez sepamos el final, le inventaremos títulos.
Llegó demasiado tarde, ya no podía hacer nada por él, no pudo despedirse. Al salir de la casa entendió que él podía ser el próximo…
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Masticar sus recuerdos no es algo que sea fortuito en su persona, todo lo contrario, el análisis metódico de las cosas circunstancias y personajes que pasan o pasaron por su vida era parte inherente de su persona. Todo comenzó en la escuela, donde los niños acostumbraban como forma rutinaria y sin dejo golpear o acribillar a sus compañeros con piedras o lo que tuvieran a la mano; para sobrevivir aprendió el lenguaje facial, aprendió a traducirlo, mejoró sus sentidos, primero el oído, luego la nariz, hasta al final dejó los ojos, consciente de que era uno de los sentidos que al momento de conectarse podría ser demasiado tarde para la reacción.
Recordar aquello en estos momentos le parecía futíl, debería estar analizando el ambiente, los olores, ese cosquilleo que sentía en la piel.
Sabía, sentía, que tendría que estar buscando algo; lo sentía en la piel, lo presentía.
Pero eran demasiado pocas las pistas reales, y no tuvo tiempo mas que de echar una ojeada antes de retirarse. Sabía que no demoraría en llegar la policía y no tenía una explicación coherente para dar ¿Le creerían que llegó hasta allí a causa de un presentimiento? Sólo podía guiarse por su intuición, más el método de razonamiento que perfeccionó durante su trabajo de detective privado con el propio Salinas, que ahora yacía muerto y solo en la vieja casona.
Pero, si Salinas estaba muerto, si Salinas era su mentor, ¿qué le podría pasar?, ¿si mataron a su maestro no es más sencillo matar al alumno?, ¿por qué matar a Slinas?, y más aún, ¿por qué matar al alumno?
Tdos estos pensamientos rumiaban su mente, ese era el punto preciso que su instinto le dictaba, no había posibilidad de una muerte accidental o circunstancial, sabía que ibán por su mentor.
… Ahora sabía que vienen por él.