Cuento final
Esta historia fue escrita entre Virgilio Platt, Sebastián Bravo, Sixto Ochoa, Ninfa Benedetti, un usuario anónimo y la edición del Comité editorial de Cuento Colectivo. ¿Cómo te pareció el resultado?
Camino a la fiesta de cumpleaños número quince de su querida hija, Don Giovanny, jefe de la mafia siciliana, da órdenes a uno de sus súbditos por celular: “Ese juez Di Gennaro no sabe con quién se metió. Quiero que quede claro que somos intocables”.
Mientras Don Giovanny reía y tomaba champaña en la fiesta, un equipo de criminales emboscaban al juez Di Gennaro y a su cuerpo de seguridad, en plena ciudad. Dos disparos de bazuca y cuatro cócteles molotov iniciaron el ataque a la camioneta del juez. En esos momentos los guardaespaldas en los vehículos acompañantes se bajaron e inició la confrontación.
Sin embargo, los hombres de Don Giovanni eran más. Lo que transcurrió en unos minutos, lo vivió Di Gennaro como si fueran horas. Él tuvo que ver cómo, uno por uno, iban cayendo sus hombres. Cuando vio al último caer al suelo y a los atacantes aproximarse a su camioneta, en donde estaba solo, supo que era el final.
Don Giovanny seguía en la celebración cuando recibió la llamada con la noticia de que el trabajo se había completado. “Excelente trabajo Giuseppe. Creo que es lo más efectivo que has sido desde que trabajas conmigo. Así es que se hace. La próxima vez lo quiero muerto desde antes de que le dicte la sentencia”, exageró Don Giovanny.
Un ciclo de terror iniciaba en la ciudad. Con Di Gennaro fuera del mapa, pocos se opondrían al poder de Don Giovanny. Sin embargo, en un mundo sin ley, tarde o temprano es la sociedad la que termina pagando las consecuencias. Ese es el momento que el estado debe despertar, el momento en que hay que decidir entre una guerra interna o una idiosincrasia condesciendiente con el crimen.