Cuento en construcción
Esta historia, cuya condición es escribirla en forma de diálogo (se permiten apuntes descriptivos o del estado interior de los personajes por parte de un narrador) ha sido escrita hasta el momento entre Cuento Colectivo, William, Juan Lara, Sekas y Daniel Urías. Tienes la opción de concluir o de continuar la historia y una vez sepamos su final le inventaremos títulos.
– Cesar: ¿Sientes miedo, Diego?
-Diego: Hace mucho que dejé de sentir miedo, más bien me siento confundido. Pensé que mientras más cerca estuviera el día, peor me sentiría, pero ahora, siento que por fin seré libre. Pero tú mueres de miedo, lo puedo ver en tus ojos.
-César: Para ser honesto contigo, sí siento mucho miedo. Estaba convencido de que no le tenía miedo a la muerte, pero la estoy sintiendo cerca y por eso estoy aterrorizado. No sabes cuantas cosas tengo pendiente de hacer todavía. No he visto a mi hija con su primer novio, los mejores años con mi esposa no los voy a conocer, nunca corrí la maratón que tanto soné y también le he quedado mal a Dios.
Diego: Lo único que me preocupa además de morir, es el caimán que tengo escondido en el sótano. Mi tía Úrsula lo cuidaba mientras estuve preso, pero me llegó una carta donde dice que mi tía desapareció misteriosamente, y que los perros están desapareciendo del vecindario. Creo que el caimán sabe abrir la puerta, que en las noches sale de cacería y se come a quien se le cruza en el camino. Tal vez sino se nos ocurre matar a ese hombre rico para robarlo estuviera cuidando a mi caimán.
César: ¿Se nos ocurre? Un momentito Diego, que la idea fue tuya. Y no, no voy a decir que me dejé engañar por tu palabrería; yo también quería ese dinero. Imaginé un futuro para mi familia con ese dinero, por eso te ayudé. Más que miedo al dolor, lo que me aterra es dejar esta vida tan pronto, tan inconclusa. Eso es lo que me desespera. ¿De verdad sólo puedes pensar en tu caimán en un momento como este?