Cuento en construcción
Sigue este punto de partida propuesto por nuestros usuarios de Twitter “La Telaraña Digital” y Javier Cornejo . El ejercicio está abierto de forma indefinida y una vez sepamos el final de la historia le inventaremos títulos.
Un día de viento fue a dejar unas rosas al pie de un árbol sobre el que se había encaramado la muerte. Todos los días dejaba las mismas flores, porque todos los días veía que el esqueleto no bajaba. Quizás, al ver las flores…
3 respuestas
la muerte daría en cuenta que debía bajar o simplemente desaparecer , pero no ocurría ninguna de las dos situaciones . Ella embelesada sobre el árbol miraba al mundo, reía socarronamente y se dejaba vivir casi a la luz del día hasta que aquel hombre volvió con su ramo entre las manos, pero su actuar sería distinto, hoy en cambio enfrentaría a la muerte diciéndole…..
La muerte lanzó un racimo de flores desde un árbol, racimo rojo cual la sangre más oscura. Nadie la pudo ver, porque era silenciosa y seca, como el árbol. Un joven que pasaba por allí recogió el racimo. En un instante cuervos se amontonaron alrededor del árbol, entonces un gorgoteo, un estertor, una sombra, el hondo crepitar desnudo de la muerte se tonó hacia…
él, y con voz sepulcral le dijo: audaz mozuelo, osas tomar mis flores, las flores que día a día me entregas a mí, la única, la enorme parca?, el muchacho preso del terror quiso huir, después de todo era la primera vez que la muerte le hablaba, pero se armó de valor y repuso:- Me cansé de holocaustos inútiles, cada día he traído las mismas flores y no puedo hacer que bajes, por lo que decidí tomar éstas del último ramo y marchar.
La muerte confundida, pues no sabía el propósito de las flores le preguntó: ¿para qué quieres que baje?, -para que me lleves contigo- dijo el muchacho, por que…