El pasado 25, 26 y 27 de octubre de 2017 se llevó a cabo en las instalaciones de la Fundación Círculo Abierto, en Barranquilla, el taller “Escritura creativa en la era digital” que dirigió Jairo Echeverri García, director de Cuento Colectivo y también editor de la Fundación Círculo Abierto. Los beneficiarios fueron maestros y maestras de escuelas públicas de Barranquilla, en el marco del proyecto “Atravesar el mundo”, con la alianza de la Secretaría de Educación de Barranquilla.
El taller comenzó con la lectura del discurso de aceptación del Premio Nobel de Gabriel García Márquez frente a la Academia Sueca de las Letras. En el discurso, García Márquez le da gran parte del mérito de su éxito a la realidad descomunal que se vive en América Latina, por lo tanto, este sirve como incentivo para que potenciales escritores se atrevan a narrar sus vivencias.
La segunda parte del taller fue práctica. El objetivo era ingresar a www.cuentocolectivo.com, un sitio web dedicado a crear cuentos escritos entre varias personas. Los maestos y maestras que asistieron al taller podían escoger entre los “cuentos en construcción” que hay publicados en la página para después participar. Hay que recordar que esas temáticas que podían escoger los maestros y maestras son variadas y muchas de ellas con contenido para adultos.
A continuación, uno de los cuentos escritos en el taller por parte de Beatriz Peña, Astrid Aguilar, Raquel Zapata, Magali Badillo:
La realidad circundante
La realidad circundante me absorbe, me copa todo el tiempo y la atención. No me queda espacio para mí. Para lo que quiero ser y hacer. Sin embargo, no pierdo mi esencia. La nutro con esa realidad, que, aunque absurda y cruel no deja de ser lo que me toca, lo que hay, lo que pienso, lo que vivo. Son tantas, tantas cosas que quiero expresar, son tantos sueños por realizar, tantas ilusiones; pero me encuentro confundida. Cada mañana me despierto con la esperanza que sea un día nuevo, que todo cambie y que todo aquello que he vivido sólo sea un sueño que ha llegado a su final.
Cada día transcurre de la casa al trabajo, de ir y venir cumpliendo con mis responsabilidades con tanta ilusión, para recibir a cambio incomprensión por parte de mi hijo que muestra su personalidad más grotesca porque no lo complací con el celular de alta gama. Ni se diga de mi esposo que sólo quiere ser atendido y no comparte las cargas diarias del hogar. Por otro lado, está mi jefe que me exige que cumpla con el trabajo, aunque sea más del tiempo asignado y a última hora, me recarga con más trabajo.
Es entonces cuando hago un pare en el camino y miro a mi alrededor y veo a mi vecina, la del frente. Está toda arrugada, desde muy joven se llenó de hijos, con un marido opresor, nunca tiene tiempo para ella, nunca sale de su casa y por eso vive amargada pendiente de la vida de los demás. Y ni se diga de la mujer del tendero, mugrienta a toda hora, sin aspiraciones, que se vino de su pueblo derrotada de su primer matrimonio con la ilusión de una nueva vida. Ahora me miro al espejo y veo en mí, una vida maravillosa la cual debo disfrutar.
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