En un pueblo lejano vivía una niña hermosa, inocente, de escasos recursos que había terminado sus estudios de secundaria, con unos deseos inmensos de estudiar medicina. Se trataba de una carrera costosa para Isabella, cuyos recursos económicos eran bien escasos. Pero en esta vida nada es imposible cuando se tienen las ganas y los deseos de superación y al pueblo llegó una gran sorpresa. “Una prestigiosa universidad busca jóvenes talentos y estudiosos”, leyó Isabella, quien decide presentarse a la convocatoria. Un mes después recibe la noticia de ser admitida con una beca completa y estadía en la ciudad.

Al fin llega el anhelado día del ingreso a la universidad y, ¡oh sorpresa!, Isabella se siente sola, aislada, pues ninguno de los estudiantes entabla conversación con ella. Pero su inteligencia y ganas de triunfar le dan impulso a llevar a cabo estrategias de acercamiento, que en los meses siguientes la hacen el centro del grupo de estudio donde se ubicó. Sus notas son sobresalientes y su círculo de amigos se expandió, porque siempre tenía una frase de aliento, mucho carisma, sentido de responsabilidad y ayudaba a todo el que se lo solicitaba.

Fue después que llegó el gran amor de su vida. Era un hombre maravilloso, como lo decía ella, encantador, atractivo y le juraba amor eterno. Esto la aisló de sus amigos, pero el enamoramiento duro poco porque Isabella descubrió su doble vida. Era un hombre casado, mantenido, con hijos y sin empleo. Pero el amor es ciego y esto no le importó, pensando que lo podría cambiar. Que tristeza sintió cuando la esposa se presentó y la insultó, con palabras ofensivas e hirientes y haciendo un gran escándalo público. Pero los amigos siempre son los amigos y rescataron a Isabella , le buscaron ayuda profesional porque había quedado destrozada y sin ganas de vivir.

Poco a poco logró recuperarse y ser la mujer estudiosa y gran líder que era al comienzo de sus estudios. Fue así como se al cabo de cinco años logro terminar sus estudios universitarios y regresar a su pueblo, convertida en toda una doctora, con con un alto cargo en el hospital del pueblo. Allí todos los niños, jóvenes y ancianos de su pueblo y pueblos aledaños hablaban de la gran doctora y acudían donde ella para que los sanaran y les diera una voz de aliento a sus innumerables problemas. Su espíritu de servicio, ayuda gran carisma, trascendió a muchos pueblos del departamento, lo que permitió que fuese postulada y elegida como alcaldesa municipal. Este era el impulso que necesitaba para sacar adelante a su amado pueblo, construyéndole el gran hospital que allí se necesitaba.

El día de la reunión para la construcción del nuevo hospital, llegaron varios ingenieros y arquitectos para dar a conocer sus propuestas. Cuando comenzó la reunión, el ingeniero Rubén quedó totalmente impactado por la belleza, inteligencia y don de gentes de la doctora Isabella. Fue amor a primera vista ya que ella también quedo pensando en ese galán que era alto, de ojos hermosos color miel, trato agradable, muy sincero y además soltero. En el segundo encuentro, Isabella y Rubén descubrieron que tenían muchas afinidades.

El tiempo pasó e Isabela y Rubén unieron sus vidas a través de la palabra, ya que no firmaron ningún papel o juraron amor eterno en una iglesia. Isabela la mayoría de su tiempo se dedicaba en cuerpo y alma a su hospital, sin darse cuenta de lo que estaba sucediendo en casa. Un buen día decidió llegar temprano para pasar un momento agradable con su pareja, pero, vaya sorpresa, no lo encontró. Se llenó de frustración por perder el tiempo y quiso devolverse inmediatamente al hospital.
Al día siguiente cuando se calmaron los aires, se acercó a Rubén, pero él estaba extraño. Aquel hombre alegre, carismático y chistoso ahora estaba ausente. Empezaron a rodear los pensamientos a aquella medica estupenda, que pensaba lo peor. ¿Sería otra infidelidad? ¡No podría soportar otra decepción amorosa!

Mientras los días se hacían eternos por no hablar para Isabella, para Rubén pasaban muy rápido y estaban llenos de incognitos. Sentía nudos en la garganta y no sabía cómo expresarle su más grande secreto a su mujer…aquel secreto que podría ser tan fuerte como para llevar a un final su relación.

Isabela estaba cansada de esa situación, ya no le vía caso a estar juntos y a la vez tan lejos. Quiso enfrentarlo, ella se catalogaba como un ser fuerte, sensata, y no le gustaba andar por la vida con evasivas.

– ¿Qué pasa? ¿tienes otra mujer? ¿Por qué no me hablas, te la pasas viendo páginas en ese computador y ni siquiera me dejas mirar que ves?
Llegó el momento en que Rubén se abrió con ella y dijo:
Miocardiopatía hipertrófica. “Aproximadamente una de cada 500 personas sufre este trastorno del corazón que hace que las paredes del músculo cardíaco se espesen y pierdan potencia para bombear con normalidad”, apunta el medio que consulto. “Se trata de una afección hereditaria que se transmite de padres a hijos como resultado de defectos en los genes que controlan el crecimiento del miocardio. El gran problema es que sólo en un tanto por ciento pequeño de los casos se manifiesta clínicamente”.

“Se calcula que entre el 0,2% y el 0,5% de la población mundial sufre este trastorno que se traduce en muerte súbita. Alrededor del 1% de las personas con esta enfermedad mueren repentinamente cada año, y la mayoría desconocían padecerla”. Lo descubrí hace dos semanas, no quise molestarte porque entretenerte no me hubiera sido útil. No quiero que te entristezcas, al contrario, quiero que cada vez que llegue un paciente le des lo mejor de tus conocimientos. Así cada vez que salves una vida puedas entender que esta es un hilo que en cualquier momento puede desaparecer. Por eso debes hacer lo que más te apasiona, yo te amé, disfrute cada momento a tu lado y por eso no me pesa irme tan pronto. Ya hice lo que debía hacer ahora es tu turno. Esto lo contaba la doctora Isabela a sus pacientes cada vez que los veía sin ánimos de hacer nada por su vida, por creer que les faltaba poco tiempo. Y logró que su existencia fuera un ejemplo, que combinaba con palabras de aliento para los más necesitados.

Esta historia fue creada entre Minerva Garcia Medina, Rita Mendoza, Alicia Cuentas Figueroa, Idad De La Rosa Carrillo, Karen Orozco Noa, Angélica Carreño López y la edición del Comité editorial de Cuento Colectivo.

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