Eran las 7 de la mañana y el olor del café, el jugo de naranja, los huevos y panqueques inundaban el apartamento. Hikari contemplaba con calma unos azulejos que cantaban, postrados en el árbol de afuera. De vez en cuando se le venían como flashes las imágenes de la pelea de cuchillos que había tenido el día anterior. De repente los azulejos se espantaron por algún motivo, tal vez tras sentir la mirada de Hikari, y éste empezaba a sentir claustrofobia en su pequeño apartamento.
Caminó hasta la entrada para buscar su abrigo y en ese instante escucha como se rompe el vidrio de la ventana por la cual miraba. Cuando voltea, un ninja con dos cuchillos enormes, brillantes y afilados. Hikari busca un arma a sus alrededores pero no encuentra ninguna. Entonces el ninja, vestido de negro, ataca. Hikari lanza una patada que aterriza en el pecho del ninja.
Éste, por la potencia del golpe, sale lanzado hasta la mesa donde hace unos segundos había estado sentado Hikari, derribando platos y vasos de vidrio que rompían. Hikari se acercó y levantó su pierna con el fin de rematar con el talón, en forma de hacha, pero el oponente esquivó el golpe y la mesa de madera en que se apoyaba quedó vuelto añicos.
Entonces su oponente le lanzó una patada desde el suelo, haciendo a Hikari perder su equilibrio, hasta caer al suelo. Solo fue un segundo el que tuvo para ubicar a su adversario y detener el filoso cuchillo, justo antes de que perforara su ojo. Ahora se trataba de una lucha de mucha fuerza y concentración, para intentar despojar a su adversario del arma. El hecho era que tenía la posición desfavorable, pero algo dentro de él le decía que iba a salir de esta…
¡Invéntale un final a esta narración!
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5 respuestas
En ese momento saco de su interior toda la energía que podía y se dio media vuelta y sometió a adversario quitándole el arma y quedo como el gran ganador de la lucha volvió a la ventana y continuo tomando su café y observando a lo lejos los azulejos que le habían advertido del peligro al que se iba a enfrentar y del cual salió victorioso.
Eran las 7 de la mañana y el olor del café, el jugo de naranja, los huevos y panqueques inundaban el apartamento. Hikari contemplaba con calma unos azulejos que cantaban, postrados en el árbol de afuera. De vez en cuando se le venían como flashes las imágenes de la pelea de cuchillos que había tenido el día anterior. De repente los azulejos se espantaron por algún motivo, tal vez tras sentir la mirada de Hikari, y éste empezaba a sentir claustrofobia en su pequeño apartamento.
Caminó hasta la entrada para buscar su abrigo y en ese instante escucha como se rompe el vidrio de la ventana por la cual miraba. Cuando voltea, un ninja con dos cuchillos enormes, brillantes y afilados. Hikari busca un arma a sus alrededores pero no encuentra ninguna. Entonces el ninja, vestido de negro, ataca. Hikari lanza una patada que aterriza en el pecho del ninja.
Éste, por la potencia del golpe, sale lanzado hasta la mesa donde hace unos segundos había estado sentado Hikari, derribando platos y vasos de vidrio que rompían. Hikari se acercó y levantó su pierna con el fin de rematar con el talón, en forma de hacha, pero el oponente esquivó el golpe y la mesa de madera en que se apoyaba quedó vuelto añicos.
Entonces su oponente le lanzó una patada desde el suelo, haciendo a Hikari perder su equilibrio, hasta caer al suelo. Solo fue un segundo el que tuvo para ubicar a su adversario y detener el filoso cuchillo, justo antes de que perforara su ojo. Ahora se trataba de una lucha de mucha fuerza y concentración, para intentar despojar a su adversario del arma. El hecho era que tenía la posición desfavorable, pero algo dentro de él le decía que iba a salir de esta…
Ellos se miraron y decidieron dialogar y no pelear porque hasta los pájaros se asustaron, entonces ellos reaccionaron y salieron al parque, hablaron de no querer más violencia y fueron muy felices.
Al terminar Haika el drama, se encontró con un joven que tenía fobia, soledad y veía cosas, se imaginaba cosas, que las hacia reales, en eso se convirtió el triste joven Haika. decidió luchar contra el miedo y decidió relacionarse con más personas, el cual lo ayudaron a superarse, ya el joven se tomaba café, y miraba los azulejos y sus trineo el joven haika perdió sus temores y ya había superado la fobia, los cuchillos ya no eran una amenaza para el joven el ninja se convirtió su mejor amigo de su imaginacion.
Texto por Fanny Alvarracín y Rosa María Lázaro
Hikari agarra la mano con gran agilidad y logra esquivarle desarmando su adversario y librándose de su enemigo, se levanta y se va.
Alba MOLINA
BLANCA RUIZ
Ellos siguieron forcejeando hasta que Ninja perdió su cuchillo, entonces Hikari le tomó ventaja hasta el punto de que este perdiera el conocimiento, pero Hikari al verlo en el piso se llenó de miedo y al mismo tiempo de arrepentimiento, le brindó ayuda llevándolo al hospital en donde Ninja se recupera favorablemente de sus golpes.
Ninja al ver la reacción de Hikari decide pedir disculpas prometiendo que nunca más iba a vivir otra experiencia tan dolorosa como la que estaba pasando. Finalmente los dos pusieron un poco de su parte y decidieron perdonarse, hasta volverse los mejores amigos de este mundo. Con el tiempo escribieron un libro titulado: Mejores amigos, a raíz de experiencias vividas. Texto de Ilba Carrascal Arevalo– Ocaña –Norte de Santander- Colombia.