Una bella mañana en tren
Al despertar esa mañana el tren seguía en movimiento. Ya eran las 7 a.m., de seguro solo faltaban un par de horas para llegar a mi destino. Al asomarme por la ventana, un majestuoso paisaje montañoso y un aroma a naturaleza. Sentí el impulso de tomar una bocanada de aire fresco.