Ya es octubre y se avecina el día de las brujas, por lo que la temática de este mes será la del terror. Hay pocas emociones humanas tan primitivas y poderosas como el miedo. El maestro escritor de terror H.P. Lovecraft lo expresó mejor cuando escribió: “La emoción más antigua y más fuerte de la humanidad es el miedo, y el tipo de miedo más antiguo y más fuerte es el miedo a lo desconocido”. Si eres alguien que quiere dominar el oficio de escribir una historia de terror, hoy te daremos algunos consejos para acceder a los miedos más primarios de tu lector.
1. Tómate el tiempo para que tu lector conozca a tus personajes
La mejor manera de involucrar emocionalmente a tus lectores en el destino de tus personajes es darles tiempo para que los conozcan a nivel personal. Este tipo de miedo, el que agita las emociones y nos hace temer que perderemos a alguien que nos importa mucho, es el tipo más poderoso. Sin esta empatía, los eventos aterradores que experimentan los personajes más adelante en la historia no serán tan angustiosos de leer.
2. Establece qué es lo familiar
El horror se trata de contrastes entre la comodidad de lo familiar y la incomodidad de lo desconocido. La mejor manera de crear esto es comenzar tu historia con tu personaje en un lugar cómodo y familiar. Este también podría ser un lugar con el que el lector se identifique como un lugar de comodidad.
Cuando tu personaje se enfrenta repentinamente a lo desconocido, esto desencadena las simpatías del lector. Esto sucede porque todos hemos estado allí y entendemos los sentimientos asociados con pasar de una situación cómoda a una muy incómoda.
3. Usa presagios sutiles
Agregar presagios a tu narrativa es otra excelente manera de crear tensión y miedo para tus lectores. Esta técnica es utilizada por escritores establecidos en el género y puede ser tan simple como un escalofrío que recorre la columna de tu personaje al pasar por una puerta cerrada, o una sensación de pavor al caminar por un pasillo oscuro.
El lector sabrá que hay algo importante detrás de esa puerta cerrada o dentro de ese corredor. Además, sabrán que es algo que probablemente sea horrible, animándolos a pasar las páginas para descubrir qué es.
4. Ten en cuenta el ritmo
Los directores de cine usan el ritmo para aumentar el factor miedo en la película y esta misma técnica también puede funcionar para los escritos de ficción. En el mismo sentido en que una toma panorámica larga puede generar tensión paulatina, las oraciones descriptivas extendidas son una buena manera de crear una sensación de temor que se desarrolla con lentitud.
Cuando sigues eso con oraciones cortas, el efecto es visceral. Incluso puede cambiar la forma en que tu lector respira mientras lee. Si hay una escena en particular que deseas usar como una potente dosis de miedo, intenta reescribirla con un ritmo que evolucione de lento a entrecortado. Luego verás cómo esta técnica cambia el nivel de tensión que puede generar.
5. Aprovecha la imaginación de tu lector
A veces, nuestros mayores temores pueden estar completamente en nuestra imaginación. ¿Es eso una sombra en la pared que parece una forma humana? ¿Es ese el sonido del árbol golpeando contra tu ventana en la tormenta o las uñas de una criatura horrorosa?
Nuestras mentes tienen una habilidad increíble para jugarnos una mala pasada y hacernos imaginar múltiples posibilidades de peligro que podrían no estar presentes. En este sentido, permanecer vago en tus descripciones de monstruos (de la variedad humana o no humana) deja mucho a la imaginación del lector y puede crear una mayor sensación de temor.
6. Asfixia con espacios reducidos
El miedo congénito a los espacios cerrados es común a la condición humana. Activa un impulso evolutivo básico para escapar y hace que la respiración sea más difícil. Además, hace que el ritmo cardíaco aumente. En el mismo sentido en que puedes usar el ritmo en tu escritura para afectar el ritmo cardíaco de tu lector, también puedes usar espacios reducidos para asustar a tu personaje (y a tu lector).
Las historias de casas embrujadas usan esta técnica a menudo, al igual que esas historias de terror con locos asesinos. Piensa en la sensación que resulta cuando las víctimas se esconden desesperadamente en los armarios para escapar de la muerte.
7. Piensa como un niño
No es casualidad que algunas de las mejores novelas de terror involucren a niños. Stephen King entendió esto e incluyó niños en varias de sus historias. Muchos de nuestros miedos más básicos provienen de experiencias que tuvimos cuando éramos niños.
Experimentar el horror desde el punto de vista de un niño nos recuerda todos los miedos que teníamos de niños, haciéndolos aún más poderosos. También induce una sensación de empatía por el personaje, en especial por los padres. Esto se debe a que enseguida se imaginan el potencial de su hijo viviendo una experiencia horrible similar.
8. Desorienta la realidad
La locura o el potencial de enloquecer es un miedo central que muchas personas comparten. Esta es la razón por la cual tantas historias de terror se desarrollan en hospitales psiquiátricos o contienen personajes que pierden el contacto con la realidad. La simple idea de perder la capacidad de comprender lo que sucede a tu alrededor en una realidad distorsionada y desorientadora es suficiente para enviar a muchos lectores pensantes al borde del miedo absoluto. El miedo es el abandono de la lógica, el abandono voluntario de patrones razonables. Nos rendimos ante él o lo combatimos, no hay zonas grises.
3 respuestas
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