Todo traductor que haya ejercido su profesión, o incluso cualquier que lo haya hecho como un pasatiempo, sabe que es un ejercicio que requiere de conocimientos e interpretación tanto del idioma como de los temas sobre los que se debe realizar la traducción. Hacer una traducción de un tema filosófico o técnico resulta ser toda una odisea cuando uno no cuenta con información y cierta familiaridad con el mismo, ya que en algunos casos, abordar un asunto complejo es igual que adentrarse e intentar escapar de un laberinto lingüístico.
Por ese motivo es imposible, al menos con la inteligencia artificial actual, llevar a cabo una traducción adecuada de un texto utilizando únicamente traductores electrónicos. Tal ejercicio está abocado al fracaso rotundo puesto que carecen por completo de todo tipo de interpretación consciente y en muchos casos harán uso de sus traducciones literales que, como todos sabemos, están muy lejos de ser confiables.
En ese sentido, hemos recopilado algunos pequeños consejos para todas aquellas personas que decidan hacer una traducción humana y que, conscientes de las dificultades que esto implica, se arriesguen a hacerlo. Es necesario recordar siempre que los países de habla hispana son bastantes y que México y España no representan todos los diferentes dialectos con los que te puedes encontrar en América Latina.
Es claro que algunas palabras cambian por completo de significado de una región a otra, incluso dentro de los mismos países y esta diferencia está aún más marcada cuando se habla de diferentes partes de América y Europa. Esto es algo que se debe tener muy en cuenta cuando el contexto de la traducción es informal, o no se trata de temas completamente técnicos, sino que es necesario plasmar cierta jerga o dialecto específico.
Por el contrario, en asuntos muy técnicos o específicos es menor la ambigüedad que puedes encontrar respecto de un dialecto a otro, pero ese tipo de traducciones requiere un grado de profundidad mucho más alto en términos de conocimiento no sólo del idioma sino del contexto o el tema de la traducción. Si se trata de un manual de instrucciones de un fármaco, por ejemplo, una equivocación en cualquier elemento podría conducir a un accidente riesgoso y en completo detrimento del producto y por supuesto del traductor.
Si la traducción es de un libro, es necesario consultar sitios oficiales de bases de datos de libros previamente traducidos o en proceso de traducción como este es recomendable para evitar asuntos de derechos de autor y por supuesto también sirven de apoyo para la traducción realizada. También se puede consultar la base de datos específica de las editoriales españolas.
Una vez cuentes con el conocimiento de diferentes términos y dialectos y suficiente profundidad en los temas a trabajar, sólo hace falta que tengas un buen diccionario. Sobre todo alguno que pueda darte una mirada más contextual de la traducción que estés realizando. En ese sentido, un diccionario de mesa con el que traduzcas palabra por palabra o incluso uno electrónico que traduzca frases enteras pero que lo haga de forma literal no bastan para realizar un ejercicio verdaderamente profesional. En ese orden de ideas hace falta contar con una herramienta capaz de comprender el contexto y apoyarte cuando así lo requieras. Ejemplo de ello es el diccionario electrónico que añade el componente de interpretación contextual a la traducción tradicional.
Finalmente, el paso más importante del ejercicio de traducción es la revisión. Debes concentrarte en hacer un buen trabajo leyendo y releyendo el texto antes y después de traducirlo. Si tienes un amigo o colaborador que maneje como lengua nativa el Español puedes pedirle que lo revise para que te dé una comprensión más amplia y detallada de tu trabajo. Si estás en busca de una traducción profesional, que sea rápida y precisa, te invitamos a contactarnos para que nos cuentes un poco más acerca de lo que necesites y de esa manera brindarte una oferta personalizada.
Conoce algunas traducciones que hemos llevado a cabo: