Cuento en construcción
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6 respuestas
Cómplice autor de mis memorias
10 p.m.
¿En que piensas? Me dice el con mirada curiosa, yo sin poder responder su pregunta me levanto de la cama y me adentro entre las cortinas y la ventana y miro hacia mi patio, recuerdos perdidos, el se levanta y me sigue casi en las mismas acciones, se postra a mi lado y solo dice señalando hacia el patio, “Mira- señalando hacia el árbol- es realmente bello” yo solo afirmo con una sonrisa que mas que todo es fingida.
No nos inmutamos durante un largo tiempo simplemente nos limitamos a observar ese árbol, sus facciones como su fuera un ser realmente hermoso, y lo era, en ese momento de silencio nuestras miradas se encontraron, y el me besa, yo también lo beso, con tanta pasion que nos envolvimos en una calor de deseos y nos encontrábamos una vez mas en mi cama.
Tan solo las doce y no se escuchan voces, solo sonidos finos, gemidos del goce.
12:30 a.m.
“Mira, apenas son las doce” digo yo, me respondo, “No los merecemos”.
“Deberías dormir ya” dice. “No quiero!, no hoy, o por lo menos no estas horas, estamos juntos algo remotamente difícil, no pienses en nada mas”.
Y una vez mas nos dejamos llevar, la ansiedad de tener su cuerpo, de que quedara algún recuerdo, por que yo sabia que seria la ultima vez, la ultima vez que nos veriamos, siempre lo supe.
Para cerar la noche con broche de oro nos susurabamos antes de dejarnos llevar por el sueño que ya era mas que notable en sus ojeras profundo, y en mi cuerpo. Descansa, recuerdo haberle dicho y ahí me quede, tendida pensando en que seria de nosotros al salir el viejo sol.
5:30 p.m
Hasta aquí llegamos los dos, me levanto me baño, y me voy, el también se va.
Miro por mi ventana y ahí esta, el árbol, el que se convirtió en cómplice de mis recuerdos que aun siguen vivos, a pesar de la distancia y soledad que creo experimentar.
Sueño despierta a través del árbol, imaginando, lo que fue, su sonrisa, sus ojos; y aquí me encuentro yo en un circulo vicioso entre mi imaginación y la realidad, un sueño vivo.
Hace cuanto fue? No lo se, Que paso? No lo recuerdo, solo se que el árbol que hoy me acompaña en mi vejez, me acompaño, y se que en mi lecho de muerte lo recodare… lo se.
Y como lo sé lo siento. Y llenos los ojos de toninas que entreveo por la galería de madrea que da al mar de Chiloé, lo vuelvo a re-conocer. Nos re-completamos con las piezas que nos faltaban por encajar . Así él y yo. tierra y cielo nos fundimos en la noche diversa que nos espera a la vera del capítulo 7 de Rayuela.
Otra vez el mismo sueño, yo árbol abandonado, solitario y triste…pero no, no estoy solo; ampliando mi visión veo otros árboles hermanos…¡es un oásis, formo parte de un oásis!
Despierto felíz…esta vez pude darle un buen final…