Cuento en construcción
Este inicio fue propuesto por José Manuel Cabrera Aguilar y editado por el Comité editorial de Cuento Colectivo. Te invitamos a continuar la historia, que surgió de la imagen.
No era una ruina, era más bien, la síntesis de lo que él mismo era. Y no era que estuviera a punto de dejar de ser, de hecho, era el doblón lo que le daba la vida…
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Sin embargo, penso Matias, verse reflejado en ese camino recorrido, en esas historias de casa, de amigos, de amor, de trabajo, de vivencias en general, son las grandes interrogantes. Ya que son metas que muchas veces no las planeo, y tomo solo el camino que tenia delante, el dia a dia, como a el le gustaba. Como tantas ocasiones les decia a sus amigos: “yo vivo el hoy, no hay mañana” y hoy se daba cuenta que se habia equivocado, tal vez no habia mañana pero si habia un pasado, un ayer, un ayer que no le gustaba en su totalidad, que el mismo miraba con desden.
Habia forjado su propio destino o solo habia seguido el camino ?, esas dos preguntas sonaban en su cabeza….
Viento fuerte y salado de recuerdos. ¿Qué arena escribió con tanto afán las tablas de la ley que ahora guardas? El aliento prisionero es ahora esqueleto, morada y cobijo eterno. Matias clava el bastón y gira sobre él mismo trazando un cículo en el suelo …
Ese doblón era el símbolo de su imperfección pero a la vez de su belleza. Samuel y su hermano, inspeccionaban el ambiente de su niñez. Siempre había estado así la casa desde su construcción y cuando eran unos niños, solían jugar a las escondidas allí. El contexto evoca un sentimiento juguetón en Samuel, quien se apoya en su bastón, imitando la torcedura de la casa…