Cuento de terror en homenaje a Edgar Allan Poe

Cuento en construcción

Teniendo en cuenta que es el mes de las brujas y que este 7 de octubre es el aniversario número 163 de la muerte de Edgar Allan Poe, los invitamos a escribir un cuento de terror en su honor. Este cuento deberá llevar características propias del estilo gótico del autor. Les recomendamos este enlace en el que encontrarán varios de sus cuentos. Tienen hasta el 31 de octubre para mandar su texto a comiteeditorial@cuentocolectivo.com, o también pueden hacer su aporte en la zona de comentarios de esta publicación.

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7 respuestas

  1. La puerta rechinaba con el peso que se ejercía en ella, varios mililitros de sangre entintaron las chapa, su cuerpo palidecía entre el apretón de brazos. Minutos después cayó la señora Morgan, en la duela de la habitación. El silencio fue el único testigo de aquel ente.

    El pueblo rumoraba sobre el terror que deambula por las noches, ni un rastro o señal de aquel que dominaba al miedo. Llegada la oscuridad, todo el mundo cerraba sus casas, pero ni los perros más feroces sentían su presencia.

    En una casa que se encontraba en las orillas de aquel lugar, vivía la señora Marilín, una pobre invidente viuda y sin hijos, a pesar de su condición era una mujer muy alta, robusta, usaba un vestido que llegaba al suelo y un paliacate en la cabeza. En una tarde muy fría escucho las hojas del otoño que tronaban al andar de unos paso, la paranoia era pan de todos los días. ¿Quién anda ahí? Con voz firme anuncio, necesito posada se escucho a lo lejos, al escuchar esa voz chillona dejo de sentir miedo e inmediatamente lo invito a pasar. El al entrar sintió la sedienta necesidad de abusar de ella, se le abalanzó, le sostuvo por un momento los brazos, ella comenzó a forcejear, se encontraba muy lejos de la siguiente casa, sabía que nadie la escucharía. Pasaron unos cuantos minutos cuando el abusador perdió la concentración, aflojo el cuerpo y ella de inmediato saco un cuchillo que traía debajo de su falda, lo clavo directamente en el cuello, el hombre no tuvo tiempo de reaccionar, al sentir el cuerpo sin vida, ella se levanto, guardo de nuevo el cuchillo bajo su ropa, abrió lentamente la puerta del sótano, arrastro el cuerpo lo empujo hasta que este callera rodando por las escaleras cerca de cuatro cuerpos más.

  2. Me fume un cigarro

    Me encontraba a las afueras de Francia una noche ventosa, oscura. Triste una de esas noches donde ni la dicha que da la luz de la luna se presenta. Solo me encontré fumando un cigarro, disfrutando de ese frio que se apodera de uno, cuando es rodeado por la soledad, esa soledad que uno siente a media noche, cuando es tanto el frio y la carencia de sueño que no queda otra opción mas que levantarse de la cama y mirar por la ventana, ver esa luz que se aleja de tu casa desaparecer en la en la falta de luz, escuchar lo que tiene que decir la penumbra Mientras la ultima chispa de luz se consume al par del tabaco, envuelto en la noche logre escuchar a lo lejos un susurro triste, seco con miedo.
    Ese susurro el cual no deja dormir, perturbador y agotador, y yo en un cuarto serrado obligado a no dormir gracias a ese llanto pidiéndome ayuda, que podría a ser yo? Y si solo era mi mente jugándome una broma de mal gusto como era de costumbre? Y si en verdad como todo mundo decía la droga me avía dejado loco, no…
    Me digo a mi mismo no, un no rotundo frio seco constante el cual me repito una y otra ves, esperando ser rotundo en mi decisión y con un cigarro completamente consumido en cenizas en mi mano abrí la única protección que en mi mente me causaba seguridad. La puerta del cuarto rechino y por un momento aquel susurro se esfumo al par que la anciedad se precento. Para alimentar mi maldita ansiedad mi abitacion se ubicaba al final de un largo pasillo donde la única puerta que se divisaba en esa dichosa oscuridad era la mía, un pasillo alfombrado rodeado de imágenes fotos de niños pinturas todos aquellos cuadros colgados en la pared todos esos ojos esperando a que diera el primer paso asia la penumbra…
    A lo largo de cada paso que daba dentro de aquella boca oscura y fría, mil años de mi vida pasaron a lo largo de ese pasillo triste llegando a donde por fin la oscuridad se desvanece y la luz de un cuarto aclarece a trabes de una puerta a medio serrar una tranquilidad se apodero de mi y por un instante sentí calor.
    Un calor dulce el cual una madre otorga, pero un recuerdo me lleno de duda un sonido al cual estaba tan familiarizado que no avía percatado la carencia de él, el llamado de un amigo fiel escaseaba, con razón esa noche se me a figuro tan fría, con razón el silencio me avía despertado solo para ver por mi ventana una luz que se alejaba.
    Entre al cuarto donde tantas veces avía sentido aquel calor, aquella alegría que desde pequeño era el único recuerdo que conocía y en ese momento rodeado d tanta luz sentí un frio horrible el cual se fugaba por una ventana rota, el color que tantas veces avía visto brotar de mi nariz y resonante en el piso limpie ahora adornaba las paredes de ese cuarto, los gritos que a madre algún día grite los reclamos que reclame llegaron a mi mente y mientras que el llanto se apodero de mi, mientras ese figura sin vida reposaba en el piso, era un chispa de luz rodeada por una inmensidad de oscuridad la cual incrementava a la par de mi llanto y hay repose en el piso frio abrasando a una figura sin vida, lamentándome el a verme gastado aquel tiempo de mi vida fumándome ese cigarro.

  3. Eran las 3 de la mañana cuando fui despertado por la luz de la luna, pronto todos los problemas en los que me encontraba metido, en todas las tristezas y desilusiones que está viviendo.
    Me levante de la cama y bebí un poco de agua buscaba deshacer el nudo en la garganta bebí completamente el vaso con agua, comencé a pensar sobre lo que tenia y lo que perdí y lo nunca obtuve en mi vida, soy un gran empresario al cual todos respetan, tengo el dinero suficiente para obtener todas las cosas que me plazcan, una novia que me quiere, una familia que está orgullosa de mi, luego salto a mi mente la interrogante ¿Que es lo que realmente es mío?
    Todo lo que he hecho es complacer a las personas, el sueño de mis padres de ser un exitoso empresario, la fama y fortuna añorada por mi empresa.
    Camine hacía la ventana y mire las calles oscuras donde los anuncios me lastimaban la vista, pensé esa es mi vida, mis sueños y metas se esconden en la oscuridad donde difícilmente se pueden ver más sin embargo todos los planes que tenían para mi salen a la luz.
    Ya estoy harto de esta vida que quieren que viva la cual solo me trae logros y sentimientos vacíos que no tienen ningún valor en absoluto para mi, miro el reloj y ya eran la 4:45 am y me dije que rápido pasa el tiempo y mi mente comenzó a pensar y reprocharme todo el tiempo que eh perdido complaciendo a los demás antes que a mí, desvelándome para hacer las cosas bien, siempre buscando sentir que pertenezco y ajusto en este lugar y con estas personas.
    Me dije el tiempo no perdona tengo que empezar a vivir.
    Corrí hacía el vestidor pronto tome una mochila vacié el cajón con algunas cosas tome dinero rápido me dije tengo que salir de aquí antes que la sombra se dé cuenta, me subí al filo de la ventana, espera, me dije que estoy haciendo sacudí mi cabeza buscando que la sombra se fuera en el minuto las razones por las cuales no lo tenía que hacer se abalanzaban dentro de mi cabeza chocando entre sí en una lucha frenética de convencerme de regresar a la cama y seguir con mi monótona vida pero muy en el fondo algo en mi me aturdió diciendo me NO HAY SEGUNDA OPORTUNIDAd mire hacia el horizonte y pensé allá esta todo lo que siempre he querido y sin darme cuenta brinque mientras caía, me asuste en pensar en lo difícil que será llegar hasta mi felicidad al llegar al suelo mire hacia la casa y me dije NO HAY MARCHA ATRÁS y salí corriendo en busca de mi libertad.

  4. La Noche llega.
    Al inicio del crepúsculo que va despidiendo al atardecer inicia el terror de la noche que indica la conjugación de sentimientos estremecedores, el olor de la noche va generando en Leonora un cultivo de sentimientos que la hacen ubicarse solo al filo de una vieja mecedora el rechinar del piso de madera hacen aún mas intenso el sentimiento de terror y añoranza de la luz del día. Inician los olores que le hacen recordar la muerte y lo cercano que está de ella. Frente al librero una luz de baja incandescencia baila indicando que los espíritus están cercanos, el baile de personas que ya han trascendido del cuerpo terrestre ha iniciado. Leonora grita en silencio, pues no puede sentir la fuerza de expresar dichas emociones.
    De repente la cara de un niño sin pupilas la hace estremecerse aún mas.
    Leonora solo intenta mantener cerrados los ojos y sus sentidos mas agudos, sabe que las manos que rosan su cara son frías y el temor le hace desvanecer. La mañana se interpone y Leonora hoy no tiene miedos pues se ha dado cuenta que pertenece a los espíritus de la noche.

  5. Querida Amiga

    Cada mañana al abrir mis ojos siento como me vigilas…
    En esta sórdida habitación hay espacio para mis posesiones, mis querencias, mis obsesiones. Hay espacio para uno que otro color, uno que otro sueño, alguna esperanza, ¡pero no lo hay para ti! Sin embargo aquí estas, yo lo se… ¡aquí estas!
    Durante el día la luz artificial y el aire recirculado me acompañan. Sin ventanas respirar se hace solo un acto necesario para vivir, automático y desinteresado… mmm obligación diría yo. Oye , lo que no es una obligación es que me acompañes … a mis 25 años he aprendido a defenderme sola, de eso estoy segura.
    A la hora de dormir cuando llega la oscuridad es imposible observarte, pero, ¿Por qué es tan difícil olvidarte? ¿Por qué es tan poco probable que deje de pensarte? ¿ Por qué?. Pasan las horas nocturnas… al fin puedo descansar… no lograr soñar solo te da oportunidad de invadir mi mente desprotegida, déjame reposar, ¡respeta la privacidad que merezco por estar inconsciente! ¡Fuera!
    Estoy dormida y te aprovechas de que no puedo defenderme, veo que te acercas y observas mi cuerpo inmóvil, desde aquí quisiera gritar, huir, ¡correr! Pero solo puedo respirar, ¿Quién eres sombra? ¿Dime que quieres? ¿Solo intentas aterrorizarme? Esta bien, lo lograste. ¿Qué más quieres? ¿Por qué me ves a diario, siempre inmutable al amanecer?
    A veces pienso que eres un ángel, un ángel bueno que me cuida, pero tu oscuridad, tu misterio, tu tenebrosa quietud, tu tensa calma, tu espeluznante silencio sugieren sublime familiaridad. Me llevan a pensar que no eres más que mi otro yo, mi yo malo, burlón, pre meditador y mal intencionado que me mira recordándome que aún existe, latente, en silencio, pero ahí esta. Dispuesto a volver en cualquier descuido.
    Pasan las horas, fría madrugada…
    ¡Al fin amanece!, amado sol que llegas a salvarme, un rayo de tu luz pasa con dificultad a través del vidrio inferior opaco de mi ventana. Y entonces te veo… ¡Ahí estas! ¡Ahí! ¡Justo a mi izquierda!.. Junto a ese espejo como cada mañana. Erguida, elegante y como siempre intimidante. ¿De donde vienes? Dime de una vez ¿que es lo que quieres? Ah! Darme los buenos días supongo, que mal educada he sido contigo querida sombra. Buenos días… ¿Cómo amaneces? ¿Gustas café?, la verdad es que siento dulzura al verte, ¡si! ¡Un sentimiento hermoso! Porque eres parte de mi , eres mi parte oscura lo se , o tal vez solo el reflejo de ese mueble al otro lado de mi habitación… ¡No! ¡Por supuesto que no! Sé que eres más que eso… Y ahora se muy bien que seremos amigas, si amigas, sigue así, pórtate bien querida sombra… pórtate bien… Muy bien… Siempre seremos amigas… buenas amigas… siempre por siempre…

    Octubre de 2012
    Edo. Aragua – Venezuela

  6. Zapatos

    Fue en una tienda de antigüedades la primera vez que los vi, descansaban sobre una enorme pila de libros, lucían tan misteriosos que lo viejo no importó y sin dudarlo los compré por unas cuantas monedas a pesar de una pequeña mancha que tenían.
    Jamás, me pregunté quien sería el antiguo dueño de esos zapatos, solo sé que los vi en ese oscuro lugar y un instante después ya estaban en mis pies.
    Eran cómodos, no puedo negarlo, al menos lo fueron el primer día.
    Cuando cayó la noche, después de un largo día de trabajo, cambié mis vestiduras por ropa de dormir; aquella noche dormí como tronco. No se como ocurrió, estoy seguro de haberlos guardado, pero por la mañana al despertar aquellos viejos zapatos marrón estaban en mis pies. Desconcertado traté de desprenderme de esos horribles objetos malditos, pero no lo logré, se podía sentir que estaban adheridos a mis extremidades, lleno de desesperación tomé una navaja y quise destruirlos, pero estos, como si se trataran de una parte de mi cuerpo, comenzaron a sangrar y el dolor que me causó fue terrible.
    El miedo por el origen de los zapatos me invadió y sin dudarlo corté mis pies para abandonar estos objetos del mal.
    Todos día los veo sobre el armario, polvorientos y manchados de sangre y siento alivio al ver mis pies mutilados y saber que jamás los volveré a usar.

  7. EL FIN DEL ORDEN DE LAS COSAS
    Tendida en mi lecho toda huesos doloridos, ruinas de un legado milenario, corpóreo escombro de pasada omnipotencia.
    Frío.
    En un lóbrego rincón mis escasas herramientas, desgastadas, roídas por el tiempo. Sobre la mesa exiguas luces de oscuros candelabros y una tenebrosa lista de nombres en un sucio pergamino. En la pared, negros jirones de antiguos cortinajes, mecidos por el helador cierzo nocturno, como si el macabro hálito de un animal feroz les diera vida, enmarcan la única ventana.
    En el alfeizar, recortadas al contraluz de una sangrante luna que tiñe las sombras de amenaza, las siluetas de las tres gatas negras, Ligeia, Morella y Berenice, que escaparon de mi reino, sonríen terriblemente. Tiemblan sus largos bigotes. Se clavan en mí sus ojos encendidos. Las tres, las legítimas vengadoras de la comunión de un innúmero de almas.
    Tras ellas la figura de la dama de la guadaña. Por fin vengo a buscarme.

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