El rey lagarto

Este cuento fue escrito entre Ana Pérez del Cerro, Sebastián Andrade, Virgilio Platt y la edición del Comité editorial de Cuento Colectivo. ¿Cómo te pareció el resultado?

Jim-MorrisonNo estoy en el infierno como muchos suponen. Aquí conocen mis canciones y todos me saludan cuando mi sombra pasa. No es fácil partir cuando uno es el ídolo de muchos. John siente lo mismo, invitaba a imaginar un mundo diferente. “Jim” me dijo ayer, “la vida es lo que pasa por al lado cuando uno está haciendo otra cosa”. Y es cierto. Yo empecé a morirme antes de morir.

Pero qué diablos cierto. La vida es una sola y yo la disfruté en exceso. Tan solo estaba explorando los límites de la realidad. Tenía curiosidad por ver qué pasaría. Eso era todo: simple curiosidad. Pero no sientan lástima por mí. La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da alas donde antes teníamos sólo hombros… suaves como garras de cuervo.

Aquí canto mis monstruosas melodías y los demonios se agitan. ¡Bellos demonios! Solo recuerden algo, mi gran amigo Federico lo decía. “¡Oye Nietzsche ! Estoy evocando tu memoria cabrón” dice Jim de repente, a lo que Nietzsche, a lo lejos y con un gesto lo saluda. “Es necesario llevar en sí mismo un caos para poner en el mundo una estrella danzante”.

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