Te invitamos a continuar este aporte hecho por Enrique Castiblanco, inspirado en este ejercicio en el cual la idea es crear una historia que transcurra en otro tiempo. El aporte de Enrique es lo que pasa justo antes del viaje en el tiempo. ¡Participa!
Blas estaba teniendo un pésimo día, uno de esos de largas filas en bancos, trámites en organizaciones inefectivas y personajes sombríos. Justo cuando pensaba que había llegado a su casa y se podía tranquilizar, encendió el televisor y el candidato a las elecciones presidenciales hablaba de la privacidad que había que retomar, en estos tiempos de exposición digital sin forma de controlar. “¡Payaso mentiroso!”, pensó Blas. “Es ridículo lo que dicen antes y hacen después de obtener el cargo que quieren… todos son iguales”. Blas se tomaba a pecho estos temas y además valoraba su privacidad. Si tan solo hubiera nacido en una época en la cual hubiera podido ser más anónimo, tener la posibilidad de llevar a cabo más interacciones reales y no a través de una maldita pantalla. Sin darse cuenta, se quedó dormido después de comerse el lomo de cerdo, patatas y arroz que habían sobrado del almuerzo.