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Cuento Colectivo® es una marca de Inteligencia Colectiva S.A.S. Fue fundada por Jairo Echeverri García, soñador despierto y contador de historias incansable.
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2 respuestas
nadie más entendería que la capsula celeste era la única testigo de todos mis pensamientos. Después de muchos ir y venir la vida empezaba a ser vida y me premiaba con el ser humano más maravilloso que nunca creí encontrar, su negro cabello, aquellos lentes maravillosos que le daban el toque de intelectual, y esos hoyuelos que se dibujaban en sus mejillas cuando esté sonreía.
su manos tomaban las mías nunca había entendido como era volver a ser niño pero… con los pensamientos claros, no recordaba lo que era mirar un cielo estrellado con la nobleza de miles de sueños queriendo ser cumplidos.
Erik había tomado mis manos y sin decir nada más yo sabía que el estaría allí para mí, con esa fortaleza que siempre me demostró, la huida de casa no era lo peor, el tomar esa decisión significaba tomar las riendas de mi vida y seguirlo, compartir nuestras vidas, aún no teníamos a donde ir ni donde llegar, yo sólo le pedía a esas estrellas que él no nos encontrara.
Mi padre siempre fue un gran hombre, sigiloso y cauteloso con lo suyo, tierras, animales, esposa e hijos, siempre cuidadoso con los intrusos.
ahora sabía que la persona que podía romper mi único sueño echo realidad era él, quien jamás permitiría que yo fuera feliz lejos de la tierra en que nací, siempre supe que tenia la opción de vivir o de sobrevivir, y ahora lo que más anhelaba era eso, VIVIR…
miré a los ojos de aquel hombre maravilloso que me tomaba de la mano, lo tome con fuerza y acerque mis labios a los suyos lentamente, ese beso me fundió con la eternidad, me hizo creer que todo estaría bien, pero no sería así.
Comenzé con la necesidad de volver a verlo una vez mas, aunque fuese como la primera vez, me sentiria totalmente complacida si lo viese de nuevo.
Aquel encuentro labró dentro de mi algunas sensaciones sencillamente inexplicables a las que yo llamé ”destellos” los cuales hace muchisimo no sentía dentro de mi….
El estaba ahi.. como si esperase encontrarme al igual que yo a el. Solo miraba el tulipan amarillo que destacaba entre todo el vibroso pasto. De pronto volteó, me miró y sonrrió como si nos hubiesemos visto antes.. sabiendo que era la primera vez que contenia mi mirada frente a la de Victor; si asi le llamé yo, y de pronto dijo
-Esperaba encontrar flores tan hermosas como el amanecer, pero jamás espere encontrar amaneceres brillantemente deslumbrados ante la belleza de una mujer.-
Ahí sin darme cuenta mi corazón ya le pertenecía…
Tomó el tulipán y lo puso en mis manos, sin decir nada me acerque a sus boca y suavemente lo besé. No dijo nada. Se fue.
Pasé inútilmente al siguente diá al mismo lugar lleno de hermosos arboles y flores esperando verlo de nuevo… esperé durante 8 meses con la viva esperanza de verlo aunque fuera una sola vez más y poder saber el nombre de aquella persona que hizo que dentro de mi naciera un gran amor.
No supe mas de el. Y Uno de aquellos dias en los que esperaba encontrar de nuevo aquella mirada dorada.. aparecío otra de color verde.
-Hola Victoria- Dijo.
Me quedé perpleja al darme cuenta que no lo conocía… cerré los ojos, no quería ilucionarme de nuevo y cuanto estuve a punto de abrirlos me besó y sin darme cuenta, mi mirada se inundo en lágrimas… era aquel recuerdo de Victor, me fui corriendo, y el no me alcanzó.
Jamás volvía a ir a ese lugar. Nadie me cree cuando me atrevo a contarles mi historia, y mi llanto es la única forma de demostrarme a mi misma que lo que sentí fue real… y lo seguirá siendo hasta que mi corazón deje de latir, por ti Victor.