Cuento en construcción
Continúa este punto de partida propuesto por Elvira Zamora Cabrera en el cual el personaje central es el premio nobel de literatura, Gabriel García Márquez. La propuesta surgió a partir de este ejercicio en el cual la idea es contar qué te pasa en los zapatos del personaje famoso de tu escogencia. No es necesario ser rigurosos con los hechos históricos para cada detalle, pero sí en algunos casos. Por ejemplo, no hay que saber exactamente donde estaba García Márquez cuando estaba escribiendo una de sus novelas, pero sí es necesario que quede implícito que es un escritor. Este ejercicio está abierto de forma indefinida y una vez sepamos el final le inventaremos títulos.
Me escabullí a mi escritorio, quería dejar escrita la novela antes de partir de viaje. Me senté en mi sillón de cuero y comencé. Por la ventana se desmoronaban las hojas otoñales y eso me dejaba un regalo a los ojos. Me encendí con esas visiones y me pregunté: “¿Y si hubiese hecho volar a Remedios la Bella en medio de las hojas del otoño? La habría envuelto en un torbellino y cuando subiera más arriba de las nubes parecería una virgen”.
Sonreí ante la idea y volví a mi página en blanco, aunque no lograba liar mi cabeza en mi mano comencé: “la plaza se llenaba de mecanógrafos atados a sus sillas que esperaban a aquellos que pedían a gritos palabras, algunas llenas de remilgos, otras versadas para el amor, otras en trámite para sus pensiones”…
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empezo a caer la tarde triste y sigilosa sobre debil lomo del denuedo. todos se veian felices tras el rostro de sus depresiones. la tarde, el sueño, el mundo, todo giraba en torno de si mismo, todo parecia un clasico degredo del siglo pasado. los viejos vestian sus pantalones a cuadros con la campana en la bota, las mujeres vestian sus faldas inmoviles a la presion del viento y yo seguia con la pagina en blanco o tal vez con pocas lieneas tratando de encontrar imagenes en el la enlatada oficina del seguro social. nadie comprende que es escribir no es una intension sino un laurel y por eso haciendo alarde a mi espiritu de contradiccion emprendo la tarea de escribir, sin escribir un carajo. Es el camino mas facil para obtener un nobel. tarin taruro en tus brazos me arruyo tarin tarero en tus labios me muero.ah? umm? que? que cosha pasha?
En ese momento alguien abrió la puerta de la oficina, interrumpiendo mi flujo de ideas. Era Mercedes, que llegaba del mercado de las pulgas con toda una serie de objetos curiosos. “Te traje este separador de hojas de figuras surreales y una agenda nueva para reemplazar la que dejaste en el taxi hace un par de días” dijo Mercedes, mi amada esposa. “Cómo va esa novela” me preguntó, a lo que yo le contesté: “Ahí… dándole”. “Bueno recuerda que mañana viajamos a Colombia y la agenda está apretada entonces trata de conservar tu energía. No te vayas a trasnochar Gabito”…