Imaginable tesoro

Esta historia fue escrita entre Jorge Sarmiento, Roberta, Moonish June, Femin Angel Beraza y la edición del Comité editorial de Cuento Colectivo. ¿Te gustó el resultado? Deja tu comentario.

lunaLuna de la imaginación, sé que existes, más yo te moldeo a mi ver, a mis pensamientos, a mis recuerdos. Los recuerdos malos tienen llave en una bodega enorme, pero los buenos, vagan por todos lados, tantos lados que ya no alcanzo a verlos. ¿Qué sería de nosotros si la luna no nos diera imaginación?

No es la luna quien nos da imaginación, yo he inventado la luna, viaja conmigo como el primer juego universal “el juego de la pelota”, camina conmigo queriendo ser un dios voyerista que desciende por escaleras sin soportes, ahí está la luna, yo la invento, yo la acompaño, yo la regalo.

Juego a ser el amo, y por qué no, su dueño, pero soy mujer y quiero más. La acaricio, la contemplo, la enmarco entre livianos suspiros de enajenada y la cuelgo en la pared favorita de mi casa. Esa obra de arte que aparece y desaparece a medida que el mes avanza. Solo se queda un instante para hacerse la necesitada, la ladrona de sueños, la amiga de las palabras.

¿Qué fin poner a este ensueño? Tus ciclos hablan de un pensamiento discontinuo pero eterno. Así me siento bajo el control de tu esfera, cuando tu luz me habla de lo que soy por dentro, cuando tu levedad me recuerda la fragilidad de mi humor que va y viene como el viento girando alrededor de las nubes en un movimiento espiral.

Esfera de la fortuna sobre la que aspiramos a leer un futuro incierto y encaprichado de tus fases. Con mis letras te anclo al firmamento de mi mente; así juego a atraparte como parte de mi entretenimiento, así dispongo de ti para iluminar mis sentimientos mientras sueño.

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