Hace poco me contactó un administrador de marketing de una organización y me comentó que no estaba satisfecho con los contenidos que su proveedor actual le estaba entregando. Los principales problemas eran que estos contenidos no producían el suficiente tráfico, no atrapaban a la gente, que sencillamente no respondía a ellos. Llevé a cabo entonces un diagnóstico de su estrategia de contenidos y, efectivamente, las publicaciones en el blog y en la página web en general parecían haber sido creadas por un adolescente que no se ha graduado del colegio ni aprendido a escribir del todo bien. ¡Nada profesional!
Lo que hice entonces fue enviarle una propuesta genial que sí fuera atractiva para su audiencia y atrajera tráfico al sitio. Entonces recibí la respuesta: “Después de revisar tu propuesta, hemos decidido quedarnos con nuestro servicio de blogging actual. Solo nos cobran 75.000 pesos por publicación ($25 USD) y creemos que recibimos suficiente valor por el precio”.
Lo primero que pensé fue, ¿es en serio? Al parecer este cliente está dispuesto a perder a su audiencia solo por ahorrarse un poco de dinero. De lo que no se da cuenta es que un contenido pobre no solo no le ayuda con sus objetivos, en realidad está afectando negativamente a su marca como tal.
Todos conocemos el viejo dicho: “lo barato sale caro” y éste aplica igual para el mercadeo de contenidos. ¿Te acuerdas de esa vez que le pagaste a ese mecánico más barato para que arreglara tu auto? Recuerda que finalmente tuviste que despedirlo para después contratar a otro mecánico más caro que arreglara el problema inicial más los problemas adicionales que dejó el primer mecánico. Lo mismo pasa con el mercadeo de contenidos. A menudo las compañías contratan a cualquiera para que escriba los contenidos de su sitio web para que éste le entregue productos que son inusables. Es entonces que se dan cuenta que necesitan a alguien que sí produzca contenidos de calidad, después de que ya le han pagado al primer escritor.
Pero no es tan fácil como cometer el error y después contratar al productor de contenidos que sí la va a sacar del estadio. Haber publicado y difundido esos posts en tu sitio ya ha hecho un daño que puede incluso ser irreparable. Si una persona hace clic en un enlace que promete brindarle lo que esa persona busca, pero lo que en realidad esa persona encuentra es un contenido mal escrito, lleno de clichés y errores, no es cualquier cosa. Ese potencial cliente buscaba algo de valor a cambio de su atención y la marca que está detrás de esos contenidos le ha fallado. Hay innumerables sitios web que compiten por la atención de sus clientes y lo más probable es que ese individuo al que le fallaste no vuelva más nunca a tu sitio web, ni mucho menos a comprar alguno de tus servicios.
Para muchos el mercadeo de contenidos es otra de las formas en la que las marcas y organizaciones se promocionan con el objetivo de que sus potenciales clientes quieran involucrarse con ellos. De alguna manera son las organizaciones las que tienen los contenidos y las audiencias les pagan con su atención y también su dinero si ofrecen productos de valor. Una de las grandes ventajas que brinda llevar a cabo mercadeo de contenidos al publicar constantemente en el sitio web de tu empresa es que tendrás más visibilidad por parte de los motores de búsqueda principales como Google. Esto se llama optimización de motores de búsqueda o SEO (Search engine optimization).
Lo que un contenido pobre dice acerca de ti y tu empresa
Piensa un poco en la experiencia que tu negocio le ofrece a tus clientes. Piensa en la elegante sala de recepción que le creaste a estos, en la decisión que tomaste de que una recepcionista atendiera el teléfono en vez de un sistema automatizado, de las entradas al partido de fútbol que le envías todas las navidades a tus clientes actuales y potenciales. ¿Necesitas todo eso? Es muy probable que no, seguramente podrías administrar tu negocio sin ninguna de las anteriores, pero lo haces para poder ofrecer una experiencia positiva con respecto a tu marca. ¿Debería tu actitud con respecto a los contenidos que ofreces ser distinta? Por supuesto que no. No se nos ocurriría hacer que nuestros clientes se sentaran en sillas Rimax de plástico en nuestra sala de espera y, sin embargo, muchos creen que las cosas van bien como van ofreciendo contenidos pobres desde el sitio web, que es la primera impresión que los potenciales clientes tienen de las organizaciones.
Cuando las personas visitan nuestro blog o página web y se cruzan con un contenido pobre, esto es lo que les estás diciendo:
1. Sabemos que viniste buscando un contenido de calidad, pero no sabemos como entregártelo. En otras palabras, tenemos una noción de que necesitas algo de nosotros pero no nos hemos tomado el tiempo de descifrar la manera de entregártelo bien. Es eso, o que en realidad no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo.
2. Sabemos que entraste buscando un contenido de calidad, pero en realidad no nos importa.
Una vez entiendes al marketing de contenidos de esta manera te darás cuenta que un contenido mediocre es peor para tu marca que no hacer nada.
Cómo enderezar el camino
Hay algunas pistas de que tu contenido pueda no ser adecuado. Un tráfico bajo, altos índices de rebote o personas que se van enseguida del sitio, baja interacción en redes sociales. Si cualquiera de las anteriores es tu caso, es hora de que lleves a cabo un análisis serio de la calidad de tu contenido. Es importante que te tomes muy en serio la calidad de lo que publicas. Métele el tiempo necesario y sí, el dinero también, para obtener la calidad que deseas.
Si no está entre tus posibilidades crear un contenido de calidad para tu sitio web es mejor que te detengas del todo. No es una exageración, si vas a publicar contenidos mediocres mejor no hagas nada. Es mejor perderte de ese tráfico que ser un hazmerreir. Y es que el mercadeo de contenidos no se trata de escribir cualquier cosa para salir del paso cada semana, la idea es crear relaciones, con el fin de que esas relaciones conduzcan a generar ingresos. Cuando le entregas contenidos pobres a un visitante que ha decidido darte de su valioso tiempo, lo que le estás transmitiendo es que no tienes ni la menor idea de lo que estás haciendo, o que no te importa. Y si esa es la realidad de tus contenidos, pues lo más lógico es que es la cruda realidad de todo lo demás que haces también. Es por eso que si compras contenidos baratos, te terminarán saliendo caros.
¿Estás de acuerdo? ¿Qué tan caro te ha salido a ti un contenido barato? Paricipa en la zona de comentarios.
Otras publicaciones:
[the-post-grid id=”8888″ title=”Otras publicaciones”]