Cuento en construcción
Te invitamos a que continúes esta historia que apenas comienza. Una vez sepamos el final de la historia le inventaremos títulos. ¡Participa!
Despertó y le tomó un instante largo en reconocer en dónde se encontraba. Al parecer se había quedado dormido en el bus, camino al trabajo. Era una especie de paraíso kitsch. En el interior todo estaba forrado en lana amarilla y en el espacio para el conductor y su ayudante, había un gran trono en el cual resaltaba el divino niño…
Una respuesta
Confuso se frotó los ojos, y los dejo un instante cerrados, mientras se preguntaba donde demonios estaba. Los volvió a abrir y estaba en un autobús normal, es más estaba en el 166 el que tomaba todos los días para ir a trabajar. Entre alucinaciones trataba de recordar. Para si mismo penso
– Ayer si no recuerdo mal, salí de trabajar y fui al bar, se que estuve tomando unos tragos, y entonces apareció esa moderna, sí esa que sólo hablaba de cuantas ganas tenía de tener un niño… Creo que incluso se me insinuo. Recuerdo que me dijo que le gustaba mi pelo rojizo, y que quería un niño igual; sin duda se me insinuó.
Fue un error irme al baño, al volver me ofreció una cerveza seguro que le hecho algo, la maldita loca degenerada, no se ni donde he dormido… ¡Un momento! que hago con esta ropa… ¿dónde esta mi traje?…
Definitivamente algo malo pasó ayer, nuestro pelirrojo se levantó, se vio reflejado en los cristales del bus; llevaba unas bermudas y una camiseta sin mangas. En la siguiente parada se bajo, no habían pasado unos segundos y ya había vomitado… Sin duda tenía que estar alucinando…