Las palabras a continuación fueron escritas por Jorge Sarmiento, a partir de la imagen, o secuencia de imágenes, que aparece en esta entrada. ¿Qué más le harías al texto? ¿Le agregarías una conclusión? ¿Lo continuarías? ¿Lo dejarías asi y solo le inventarías un título? Es tu decisión, pero asegúrate que en tu aporte quede claro de qué manera vas a intervenir.
Luna de la imaginación, sé que existes, más yo te moldeo a mi ver, a mis pensamientos, a mis recuerdos. Los recuerdos malos tienen llave en una bodega enorme, pero los buenos, vagan por todos lados, tantos lados que ya no alcanzo a verlos. ¿Qué sería de nosotros si la luna no nos diera imaginación?…
3 respuestas
No es la luna quien nos da imaginación, yo he inventado la luna, viaja conmigo como el primer juego universal “el juego de la pelota”, camina conmigo queriendo ser un dios voyerista que desciende por escaleras sin soportes, ahí está la luna, yo la invento, yo la acompaño, yo la regalo…
Juego a ser el amo, y por qué no, su dueño, pero soy mujer y quiero más. La acaricio, la contemplo, la enmarco entre livianos suspiros de enajenada y la cuelgo en la pared favorita de mis casa. Esa obra de arte que aparece y desaparece a medida que el mes avanza. Solo se queda un instante para hacerse la necesitada, la ladrona de sueños, la amiga de las palabras.
Lo continuaría.
“¿Qué sería de nosotros si la luna no nos diera imaginación?…”
Pero estoy en un error, ahora lo sé. Dando vueltas a tu cara, luna, puedo darme cuenta que sólo eres responsable de los malos recuerdos, de mi imaginación destructiva. ¿Dónde está el sol, el rey de todos los recuerdos buenos, el que cura todas las heridas que tu me provocas? ¿dónde lo has escondido?