Sigue este cuento que apenas comienza sobre un personaje que camina solo por la playa

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barcoMientras camino solo por la playa, disfruto del sonido del mar y la idea de que no haya más nadie a kilómetros a la redonda me conforta. Todo el tiempo siento una sensación extraña, como si estuviera en un sueño, o como si ya hubiera estado antes en este lugar, pero sé que nunca lo he estado. Sigo caminando y me cruzo con un barco abandonado…

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5 respuestas

  1. …Trato de acercarme al barco, y me doy cuenta de que avanzo más rápido de lo que camino, como si flotara, escucho un ruído a lo lejos y hay un hombre parado, ensamblado en un traje negro, impecable, no alcanzo a divisar su rostro luego miro al horizonte. Una vez más, me parece que ya he estado aquí…

  2. …que se refriega en la arena mecido por el mar. Hasta mi llega un tenue sonido de chirrido de tablas viejas que se acompasa, como quien no quiere la cosa, con el abrumador oleaje, y parece querer avisarme de que me detenga un momento que hay una historia que me quiere contar, porque por allí los pocos que pasan siempre van abstraídos y no escuchan al mar…

  3. este de javu me recuerda a Hibran Khalil … “tempestades” …….y me cuestiono esta racionalizacion ,esta angustiosa necesidad de querer tener el control de todo,de no permitirme ser ,de sentir libremente mis intuiciones

  4. miro al hombre de traje negro , me acerco y timidamente le saludo , me responde con un shavua tov (buena semana en hebreo) me pregunto que hace este judio (asumoo religioso por su respuesta) en esta playa solitaria ,guardo silencio ,esperando continue ,luego de varios segundos interminables ,con una mirada amable me dice. vengo aca todos los dias aencontrame , y por supuesto las ideas se me atropellan ,queriemdo prrguntarle y solo acierto a decirle

  5. de repente, despierto, abro lo ojos y me encuentro en el mismo lugar, en la playa, acostado y lleno de arena, los primeros rayos de sol pican mis ojos, mi mirada borrosa, me levanto, aturdido por los rayos y ese extraño sueño, empiezo a caminar y veo de lejos al hombre de mi sueño, al del traje negro, en esta ocasión me saluda con un ademan, me pide unas monedas, volteo a ver mis pies en la arena y me doy cuenta que estoy flotando.

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