Continúa esta historia que apenas comienza y ha sido creada hasta el momento entre el usuario Larrocalunar y la edición del Comité editorial de Cuento Colectivo. ¡Participa e invita a tu red!
Sola, en la cama, piel de porcelana su cuerpo sensual espera una caricia. Pero esta noche solo las las sábanas son capaces de acariciar su dulce piel. Su fragancia se expande a lo largo y ancho de la cama, huele a rosas , rosas solitarias, que esperan ser amadas, hermosas, sensibles, suaves y sutiles, Pero hoy no hay caricias sobre la cama, hoy las sábanas están secas, y apenas se humedecen con sus saladas lagrimas, hoy no habrá amor , ni ternura ni dulzura. Porque hoy el vino, pensando solamente en penetrarla…
Una respuesta
Fue duro. Apasionadamente cruel, casi salvaje y en cada estocada su alma se estillaba perdiendo transparencia por los grietas que se formaban distorsionando la realidad e hiriendo mortalmente la inocencia como cristal roto que remedaba imágenes en cientos de falsas facetas de muecas crueles, burlonas a veces, dolorosas y sorpresivas en otras.
Como la flor que recibe el calor del sol para mostrar su belleza, pero que también la secaba por su fuego… Solo fuego desmedido.
Aquellas sábanas ahora asperas y frías se convertian en la tierra que sepultaba los restos sin vida del amor. Una muerte que dejaba, como toda muerte, dolor y lágrimas de pérdida.