Una respuesta

1. Magdalena había practicado toda la semana para el concurso de mostacillas . Debía una a una completar unos labios hechos de dulces colores ventoso. Había salvado incolume las prácticas caseras , aun cuando sus manos agarraban el nervio, ella tomaba aire y continuaba hasta lograr unos labios hermosos y dulces como pensamientos lanzados al mar. LLegó el día del concurs, ella era la que designada por el equipo para esta prueba. Los vitores y demases eran risueños y alegres . Quedaban sólo dos más para su turno, Magdalena agarró frío, porque la tarde se había puesto fresca. Llegó su hora , agarró todo el aire del lugar, comenzó despació, pero sus dedos temblaban, en cambiolas palmas de sus manos estaba seguras. Magdalena siguió, siguió como si caminara por la orilla de una playa. Lenta y espesa fue una en una poniendo las mostacillas con sus dedos insegurios poniendo sobre sus labios de miel cada una de ellas. cuando hubo acabado el tiempo de la prueba Magdalena miró a sus equipo sonrió y….

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