Una voz rebelde

Cuento final

Este cuento fue escrito entre Marion, Beatrice Diaz, Enrique Castiblanco, Antonia, Virgilio Platt, Lidia Castro Hernando y la edición del Comité editorial de Cuento Colectivo. ¿Te gustó el resultado?

Desde este punto de vista, a esta altura, en este ángulo, se supone que debiera verlo todo más claro. Pero no, sólo veo más claro la forma en que las personas chocan y se enredan entre ellas. ¡Que odiosos! Me dan ganas de ser un gigante… es más, soy un gigante. Los aplastare, los haré sufrir.

Contaré “1, 2 y 3″ cerraré los ojos y me lanzaré al vacío, pero antes escribiré una nota y me la pondré en el pecho que diga: “Por todos y cada uno de ustedes que no pueden vivir en comunidad, les entrego mi cuerpo hecho pedazos a ver si así logran reaccionar”. Se baja del pedestal a buscar lápiz y papel, cuando de pronto se encuentra con Roger.

-“¿Qué demonios haces Frank? Es peligroso que te subas allí”.
– “Que casualidad que aparezcas tú precisamente en este momento Roger. Dime… ¿Tienes papel y lápiz?”.
– “Creo que debo tener acá en mi mochila”.
Roger se quitó su mochila, que tenía un logo de Megadeth, sacó su libreta y bolígrafo con imágenes de calaveras y se las entregó a Frank.
-” ¿Qué vas a escribir una nota suicida o algo así?”, dijo Roger en broma.
Frank celebró la broma con una carcajada exagerada y un manotazo en el brazo de Roger.
– “Me matas Roger… de verdad me matas”.
Frank abrió la libreta y escribió por un par de minutos su nota mientras Roger lo observaba con curiosidad.
“¿Sabes que yo alguna vez lo pensé?” dijo Roger. Frank lo miró fastidiado, sólo necesitaba terminar la nota y librarse de ese tonto y del mundo. “Pero me parece tan egocéntrico… sobre todo que mi intención era política. ¿Sabes? Establecer un punto de vista”. Frank comenzó a interesarse.

Roger siguió: “Hay tantas formas de hacer llegar un mensaje… decidí que esa no era la forma más adecuada de transmitirlo. ¿A quién le importan los motivos de un metalero suicida, cierto? Comprendí que, al final, era contraproducente lograr mi objetivo de esa forma”.

Frank le dio un abrazo a Roger. “Gracias, hermano” le dijo. Cuando los padres de Frank lo escucharon entrar a la casa conversando con alguien, se levantaron a saludar, pero lo encontraron solo. “Hola mamá, papá… voy a mostrarle mis nuevos discos a Roger” dijo Frank.

-“Hijo… ¿Roger? Pensé que ya habíamos superado esto” dijo la madre de Frank.
-“No entiendo el porqué de esas caras de preocupación. Deberían agradecer a Roger, él me ha salvado la vida. Vamos Roger”dijo Frank haciendo un gesto con su mano, antes de subir solo a su habitación.
Sus padres se miraron el uno al otro y la madre preguntó: -“¿Llamamos enseguida al doctor?”. El padre contestó: -“Mejor esta vez vamos a dejarlo quieto linda, hace mucho que no lo veía así de feliz”.

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